martes, 13 de diciembre de 2011

Conclusiones


Vivimos en una era de revolución tecnológica que dicta en gran medida la manera en que el ser humano interacciona con su ambiente socio-cultural. En nuestra época presente existe una diversidad de herramientas tecnológicas que nos ayudan al desempeño de las tareas cotidianas y en el trabajo.

Día a día es más amplio el cuestionamiento sobre el impacto de las tecnologías informáticas en el medio educativo. En algunos sectores reina un cierto escepticismo al respecto y en otros el entusiasmo es desbordante pero los logros no son proporcionados con este. Lo anterior genera una gran confusión en los sectores directivos encargados de tomar las decisiones. Por eso es importante analizar las verdaderas posibilidades de la educación basada en Internet, para entender mejor cuáles son los caminos más adecuados de transitar, tanto en las instituciones educativas como en las organizaciones.

Podemos afirmar que:

1) Las tecnologías se utilizan como herramientas para favorecer las comprensiones, una definición simplista de éstas sería “herramientas para mostrar”, pero diversos debates permitieron reconocer que el simple mostrar también modela nuestra conducta y nuestras formas de pensar. Aquello que mostramos se transforma en modelo de una forma de razonamiento.

2) Las tecnologías son herramientas y algo más. Constituyen un entorno o área de expansión en el que pasan de ser soporte a dar cuenta de sus posibilidades de utilización.

3) Las tecnologías ofrecen diferentes usos, tales como presentar materiales nuevos que reorganizan la información, tender puentes para favorecer comprensiones, ayudar a reconocer la información en contextos diferentes, es decir, van más allá de “mostrar”. No son neutras ni pueden separar su carácter de herramienta y entorno de los fines con los que se la utiliza.

 ¿Cómo las tecnologías afectan nuestras experiencias?

En los casos en que proveen formas de representación diferentes de las que puede simplemente proporcionar el docente, seguramente ayudan o enriquecen las comprensiones. Si el uso de las nuevas tecnologías es frecuente y estas se expanden como formas de entretenimiento, es probable que estimulen el ensayo y error, y la respuesta rápida.



Las prácticas con tecnologías pueden permitir el acceso a nuevas maneras de producir el conocimiento mediante trabajos en colaboración que antes eran impensados, a causa de los costos de la comunicación. En todos los casos dependen de la calidad pedagógica de la propuesta, de la calidad científica de los materiales y de la ética profesional que impone una modalidad.

Las prácticas de la enseñanza no pueden ser analizadas, reconocidas o reconstruidas a partir principalmente del buen uso que se haga o no de las tecnologías. Estas se hallan implicadas en las propuestas didácticas y, por tanto, en la manera en que se promueve la reflexión en el aula se abre un espacio comunicacional que permite la construcción del conocimiento y se genera un ámbito de respeto y ayuda frente a los difíciles y complejos problemas de enseñar y aprender.
Frente al uso de Internet aparecen nuevos desafíos educativos tanto a alumnos como a docentes. La tarea de buscar información va más allá; se trata de la necesidad de estar en condiciones para evaluar y utilizar la información de manera crítica para que pueda ser comprendida y aprendida, poniendo en juego los criterios de evaluación. Burbules y Callister nos presentan la figura de los  "hiperlectores" aquellos que "comparan diferentes fuentes de información, evaluán el modo en que se reclama y establece la autoridad en los sitios, analizan quién produjo el sitio y por qué, y reflexionan acerca de qué puede estar ausente y por qué".

Así la gran disponibilidad de sitios y herramientas de software que se pueden utilizar para implantar el aprendizaje colaborativo usando tecnología Web 2.0 y seleccionar la más apropiada puede ser todo un reto.

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